jueves, 22 de marzo de 2012

Gregor Mendel





Johann Gregor Mendel; Heizendorf, hoy Hyncice, actual República Checa, 1822 - Brünn, hoy Brno, id., 1884) Biólogo austriaco. Su padre era veterano de las guerras napoleónicas y su madre, la hija de un jardinero. Tras una infancia marcada por la pobreza y las penalidades, en 1843 Johann Gregor Mendel ingresó en el monasterio agustino de Königskloster, cercano a Brünn, donde tomó el nombre de Gregor y fue ordenado sacerdote en 1847. Residió en la abadía de Santo Tomás (Brünn) y, para poder seguir la carrera docente, fue enviado a Viena, donde se doctoró en matemáticas y ciencias (1851). 

En 1854 Mendel se convirtió en profesor suplente de la Real Escuela de Brünn, y en 1868 fue nombrado abad del monasterio, a raíz de lo cual abandonó de forma definitiva la investigación científica y se dedicó en exclusiva a las tareas propias de su función.

El socio psicoanálisis.- No es posible comprender los procesos que viven y sufren los sujetos de la formación sin prestar atención a su carácter y atravesamiento institucional. Tampoco resulta fácil comprender el camino para quebrar las condiciones sociales de la enajenación sin comprender los canales de acceso a la subjetividad que utiliza la manipulación del poder social. 
La lectura de este libro permitirá a los interesados avanzar en el replanteo específico de dos problemas vinculados a la acción pedagógica, que hoy parecen encontrarse en punto muerto. El que hace a la recuperación del sentido del trabajo de formación, es uno. El otro, más bien un conjunto, el que enfrenta un educador cuando procura desarrollar en sus alumnos la capacidad para intervenir institucionalmente en el cambio social de sus condiciones de vida.

La autoridad.- Los mitos y la autoridad de naturaleza mítica, según Mendel, responden al conflicto esencial que nos constituye, que se resuelve bien o mal de distintas maneras socialmente. Son cambios económicos que inciden en las “fuerzas productivas” lo que ha ido “secularizando” los viejos mitos. Ante esto, el hombre tiene que aprender a distinguir y asumir sus conflictos, como lo hace el individuo que acude a la terapia psicoanalítica, y a entender la naturaleza conflictiva de todo lo humano. Esto puede curar, si tiene razón Mendel, del peligro de la autocomplacencia de las revoluciones ensimismadas. El enfoque de este interesante pensador resulta diferente en esto de un pedagogo como Paulo Freire o, ya lo hemos dicho, Suchodolski. Porque el primero ubica la liberación en el asumir que somos seres procesuales, pero no necesariamente conflictivos, según me parece interpretar de mis lecturas del brasileño. Aunque ahora que lo digo, me viene a la mente algún pasaje en el que reconoce como persona libre la que encaja con naturalidad el a veces inevitable conflicto entre los seres humanos (pone el ejemplo de sus padres discutiendo sobre algo, escena de desacuerdo que en su niñez le abrumó, acaso quebrantando su seguridad infantil, pero que cuando lo aceptó, supuso una forma de maduración y de libertad). Sí está claro, me parece, el caso de Suchodolski que aunque reconoce lo procesual, sí evita sutilmente la posibilidad de un conflicto grave en el mundo comunista en el que vivió y escribió, cuando está claro que lo había. Recordemos que dice algo que nos obligará a matizar estas ideas más adelante, que es la ideología del conflicto perpetuo de la guerra de todos contra todos en el liberalismo burgués y, añado, en el actual neoliberalismo reinante en el mundo.


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