(Argelia francesa, 16 de octubre de 1918 - París, 23 de octubre de 1990) fue un filósofo marxista. Es habitualmente considerado además como estructuralista, aunque su relación con las otras variantes del estructuralismo francés es bastante compleja
. Louis Althusser nació en Birmandreis, Argelia francesa y estudió en la Escuela Normal Superior (Francia) en París, donde más tarde se convirtió en profesor de Filosofía. Durante su juventud se sintió fuertemente identificado con el Cristianismo. Fue luego uno de los principales referentes académicos del Partido Comunista Francés (en cuyo interior se involucró en agrias disputas teóricas que desembocarían en su famosa autocrítica), y su pensamiento puede ser considerado como una respuesta a múltiples interpretaciones del marxismo, entre ellas el empirismo y el humanismo. Y aunque sea habitualmente encasillado como un marxista estructuralista, su relación con las modalidades del estructuralismo francés es muy singular.
Participó en la II Guerra Mundial, en la cual fue hecho prisionero por el ejército alemán en Vannes en 1940, y pasó cinco años internado en un Stalag, un campo de prisioneros de guerra. Tras el final de la guerra, en 1945, logró entrar en la Escuela Normal Superior (Francia). Durante los tres años que le llevó preparar su examen, estudió intensamente el Idealismo alemán del siglo XIX.
En
1980 estranguló a su mujer Hélène, bastante mayor que él y compañera de ideas. Fue internado en un hospital psiquiátrico, adonde acudió un juez para instruir la causa por homicidio. Althusser fue procesado, pero el mismo día el juez archivó las diligencias, siguiendo los dictámenes de tres expertos que señalaron que Althusser había cometido el asesinato en un acto de locura. La derecha francesa, por su parte, acusó a la izquierda de mediar para que Althusser no ingresara en prisión. Murió el 23 de octubre de 1990, aquejado de una insuficiencia cardíaca. En sus peores momentos fue visitado asiduamente por Michel Foucault y Jacques Derrida.
Fundamentos filosóficos.- Otros trabajos de Althusser incluyen el volumen colectivo Para leer El Capital (en francés: Lire Le capital 1965), el cual consiste en un intenso trabajo de relectura, en clave estructuralista, de El Capital, la obra más importante de Karl Marx. En su edición española el libro está dividido en dos partes; en la primera de ellas Althusser realiza una fuerte crítica a la lectura de El Capital de forma empirista, y en general, a toda forma de empirismo que ataque las ciencias. En la segunda parte Etienne Balibar analiza el objeto teórico de El Capital y la teoría de la transición de una sociedad a otra que hay allí.
En la recopilación de ensayos La revolución teórica de Marx (en francés: Pour Marx 1965), Althusser intenta establecer una periodización estricta de la obra de Marx, separando al Marx maduro, "marxista", del Marx de juventud, aún bajo la fuerte influencia idealista de Hegel y Feuerbach. Esta periodización ha sido sometida a fuertes críticas por el pensamiento marxista posterior, que ha intentado revalorizar el pensamiento político del primer Marx.
Quizá la tesis central de toda la filosofía de Althusser es que la historia es un proceso sin sujeto ni fines cuyo motor son las fuerzas productivas (y la lucha de clases determinada por ellas). La historia no tiene sentido. Para Althusser todos somos sujetos, y en calidad de éstos, marionetas de la historia, pero esta historia no es movida por alguien, lo que desemboca en su famosa tesis de que todos somos marionetas de algo que no va a ningún lado, de algo sin sentido.
Otra famosa tesis de Althusser en filosofía es que, al contrario de lo que comúnmente se piensa, la filosofía siempre viene después de la ciencia. Esta tesis rechaza que la filosofía haya sido la madre de todas las ciencias, sino que, más bien, la filosofía es la hija de las ciencias. Esto quiere decir, la filosofía no es una ciencia, sino una reacción a las ciencias en el campo teórico. De esta forma, la matemática (Tales de Mileto) engendró la filosofía de Platón, la física (Galileo) engendró la filosofía de Descartes, la ciencia de la historia (Marx) engendró su propia filosofía y el psicoanálisis (Freud) comienza hasta ahora a engendrar su propia filosofía. Lo interesante de este proceso es que la filosofía marxista, engendrada por la ciencia de la historia es, para Althusser, "correcta", (no verdadera, pues la filosofía no dice verdades, no es una ciencia, sino una ideología), esto quiere decir, la filosofía se ubica correctamente en posiciones que defiendan a las ciencias ya que la ciencia de la historia le permite el conocimiento científico de la producción filosófica e ideológica, le permite, el conocimiento científico de la producción de sí misma. En esto consiste "la inmensa revolución teórica de Marx".
La ideología.- La línea de trabajo más conocida de Althusser tiene que ver con sus estudios de la ideología, y es Ideología y aparatos ideológicos de Estado su obra más conocida en este campo. Este ensayo establece el concepto de ideología, y lo relaciona con el concepto gramsciano de hegemonía. Si bien la hegemonía en Gramsci está en última instancia determinada por fuerzas políticas, el concepto althusseriano de ideología se apoya en los trabajos de Sigmund Freud y Jacques Lacan sobre lo imaginario y la fase del espejo, y describe las estructuras y los sistemas que nos permiten tener un concepto significativo del yo (moi en Lacan). Estas estructuras, según Althusser, son agentes represivos inevitables (y necesarios). Es bajo la influencia de Lacan que define la ideología como la representación de una relación imaginaria con las condiciones reales de existencia. Para Althusser la ideología es ahistórica pues, al igual que el inconsciente freudiano, es eterna; es decir, que siempre habrá ideología. Para Althusser ésta no es una forma de "engañar" o de "conciencia falsa" sino más bien una relación normal de individuos con la sociedad. La ideología, como ya vimos, es la relación imaginaria (sucede en la mente) de los sujetos con sus relaciones sociales.
Los apartados ideológicos del estado.- Althusser sostuvo que el pensamiento de Marx no era hegeliano, negando así el carácter humanista o idealista del marxismo. Abogó por un marxismo de rigor científico, que retornase a sus fuentes, ajeno a la práctica política de regímenes como el soviético, por ejemplo. La revolución teórica de Marx y Para leer El Capital, publicadas ambas en 1965, fueron las obras que dieron a conocer a Althusser ante el gran público.
Althusser amplía la definición del Estado planteada por Marx y remplaza la idea de 'aparato estatal' -basado en la dialéctica de la lucha de clases- por una visión dual del mismo, donde se distinguen los instrumentos represivos (fuerzas armadas, policía...) de las funciones de los aparatos ideológicos del Estado. Más que una relación causal entre la ideología y la lucha de clases, donde se produce la dominación de una clase sobre otra, Althusser recrea unas relaciones más complejas. La sociedad aparece formada por una jerarquía de estructuras independientes entre sí, aunque sujetas a los valores dominantes.
Los medios de comunicación son para Althusser instrumentos destinados a la reproducción de las relaciones sociales (v. Ideología y aparatos ideológicos de Estado). Aparecen como 'aparatos ideológicos' del Estado, que aseguran la adhesión inconsciente de los individuos a los valores que definen la estructura social y despliegan los mecanismos de la dominación social. Junto a los medios, esa misión es cubierta por la escuela, la iglesia, el arte, los deportes y la familia. Los medios articulan el sistema de relaciones y dan significado a la estructura social, argumentando la dominación o el liderazgo cultural a través de su capacidad de seducción y persuasión para la implantación de los valores dominantes (políticos, económicos, religiosos...), la creación de una opinión favorable, la inducción de hábitos, etc. Forman parte de una estructura de instrumentos redundantes que permite establecer las posiciones dominantes sin recurrir a los aparatos represivos convencionales (fuerzas armadas, policía, etcétera).
Althusser estudia otras expresiones del 'aparato ideológico' del Estado, como el arte o el cine. El arte permite descubrir la ideología de lo promueve, la huella del pensamiento que transmite. Ejerció una clara influencia en el desarrollo de los estudios culturales.
L a escuela y la ideología.- La Escuela toma a su cargo a los niños de todas las clases sociales desde el jardín de infantes, y desde el jardín de infantes les inculca habilidades recubiertas por la ideología dominante.
Hacia el sexto año, una gran masa de niños cae en la producción: son los obreros o los pequeños campesinos. Otra parte de la juventud escolarizable continúa: bien que mal se encamina y termina por cubrir puestos de pequeños y medianos cuadros, empleados, funcionarios pequeños y medianos, pequeño-burgueses de todo tipo.
Una última parte llega a la meta, ya sea para caer en la semi desocupación intelectual, ya para proporcionar, además de los intelectuales del trabajador colectivo, los agentes de la explotación (capitalistas, empresarios), los agentes de la represión (militares, policías, políticos, administradores, etc.) y los profesionales de la ideología (sacerdotes de todo tipo, la mayoría de los cuales son laicos convencidos).
Cada grupo está prácticamente provisto de la ideología que conviene al rol que debe cumplir en la sociedad de clases: rol de explotado: rol de agente de la explotación (saber mandar y hablar a los obreros: las relaciones humanas); de agentes de la represión (saber mandar y hacerse obedecer sin discutir o saber manejar la demagogia de la retórica de los dirigentes políticos), o de profesionales de la ideología que saben tratar a las conciencias con el respeto, es decir el desprecio, el chantaje, la demagogia convenientes.
Por supuesto, muchas de esas virtudes contrastadas (modestia, resignación, sumisión por una parte, y por otra cinismo, desprecio, altivez, seguridad, grandeza, incluso bien decir y habilidad) se enseñan también en la familia, la iglesia, el ejército, en los buenos libros, en los filmes, y hasta en los estadios. Pero ningún aparato ideológico de Estado dispone durante tantos años de la audiencia obligatoria (y, gratuita), 5 a 6 días sobre 7 a razón de 8 horas diarias, de formación social capitalista.
Con el aprendizaje de algunas habilidades recubiertas en la inculcación masiva de la ideología de la clase dominante, se reproduce gran parte de las relaciones de producción de una formación social capitalista, es decir, las relaciones de explotados a explotadores y de explotadores a explotados. Ésta es una de las formas esenciales de la ideología burguesa dominante: una ideología que representa a la escuela como un medio neutro, desprovisto de ideología, en el que maestros respetuosos de la conciencia y la libertad de los niños que les son confiados por sus padres, los encaminan hacia la libertad, la moralidad y la responsabilidad de adultos mediante su propio ejemplo, los conocimientos, la literatura y sus virtudes liberadoras.
Esta representación ideológica de la escuela la hace tan natural e indispensable, y hasta bienhechora, a los ojos de nuestros contemporáneos como la iglesia era natural, indispensable y generosa para nuestros antepasados hace algunos siglos.
La escuela (y la pareja escuela-familia constituye el aparato ideológico de Estado dominante, aparato que desempeña un rol determinante en la reproducción de las relaciones de producción de un modo de producción amenazado en su existencia por la lucha de clases mundial.
Análisis de su teoría en la educación contemporánea.- Las ideologías existentes en una formación social sólo pueden explicarse desde el punto de vista de las clases, es decir, de la lucha de clases. No sólo desde ese punto de partida es posible explicar la realización de la ideología dominante y las formas de lucha de clases en las cuales tanto la sede como lo que está en juego. Pero también y principalmente desde ese punto de vista se puede comprender de dónde provienen las ideologías que se realizan.